Está ya asumido que la pandemia del coronavirus está trayendo una crisis económica global que afectará a todos los sectores, pero también es verdad, que esta trayendo consigo la oportunidad para que muchos de nuestros patrones de consumo cambien. Uno de ellos: la moda, algo que cambiará sin duda la industria después de esta nueva situación.
Desde hace ya varios años se apostaba por una necesidad de cambio en la mentalidad de consumo. La industria estaba empezando a desarrollar una mayor sostenibilidad en donde el consumo fuera más responsable con el medio ambiente. Es cierto que muchas empresas, habían comenzado a implementar esas filosofías dentro de sus marcas pero ahora mismo cobran aún mayor relevancia y se hace realmente necesario adoptarlas.
Es por esto, que parece que la mayoría de los diseñadores se ponen de acuerdo en las consecuencias que ha traído la pandemia al sector de la moda. Si bien, sus colecciones de primavera-verano de 2020 han sido paralizadas y coinciden en que veremos dichas prendas hasta septiembre (algo inusual), pero que ahora cobra más sentido. Muchos por ejemplo, empiezan a adoptar esta estrategia no sólo para este año sino de cara al futuro como es el caso de Versace.
MODA SOSTENIBLE
Los cambios que se producirán en la moda se harán en cuanto a la forma de producción, esto conducirá a que el hábito de consumo sea más responsable y en consecuencia más sostenible. El “fast fashion” (moda rápida), se transformará ahora en “slow fashion” (moda lenta); haciendo que las temporadas sean más largas y se haga una producción más lenta.
En primer lugar, para lograr una sostenibilidad en la industria el gran reto que afronta es empezar a reducir el gran problema que significan los residuos textiles. El uso excesivo de agua en los ríos, la contaminación química y las emisiones de CO2 son los principales problemas con los cuales se enfrenta la industria.
Pero no sólo es lograr cambiar los patrones de producción que nos han marcado los últimos años, sino que al mismo tiempo, las marcas de moda deben de replantear la relación que tienen con el cliente.
Es decir, el consumidor ya no buscará productos que le gusten, sino que también se sienta orgulloso de llevar, que se identifique con los valores que le transmite la marca.
Esta nueva situación post-.pandemia acelerará los cambios en el comportamiento de los consumidores, especialmente en los más jóvenes. Este tipo de consumidores prestarán más atención al comportamiento de las marcas y a la contribución que estas hacen a la sociedad.
CAMBIO DE MENTALIDAD
La crisis económica afectará desde luego a las familias y al bolsillo de quienes habitualmente tenían un consumo de moda. Lo más probable es que el consumidor medio se piense dos veces si invertir o no en una nueva prenda.
Por tal motivo, es vital que las marcas se adapten el nuevo cambio de mentalidad y los nuevos hábitos de consumo.
Uno de esos cambios también será la forma en la que se harán las compras que se adaptarán al medio digital. Al menos, mientras no exista una vacuna, las personas no querrán poner en riesgo su salud y preferirán hacerlo en entornos más seguros como la compra online.
Ya de por si, la venta online se incrementó durante la cuarentena, se prevé que seguirá en aumento está tendencia que ha llegado para quedarse.
Como ves, todo parece que el mundo ya no es igual a como lo conocíamos hasta ahora. Incluso nuestros hábitos de consumo cambiarán y la forma de entender la moda también.