Seguro que a lo largo del tiempo, has tenido alguna prenda de piel.
Que te ha acompañado y se ha impregnado de carácter, adaptándose a ti y compartiendo tus experiencias.
El paso del tiempo marca tu prenda de gran belleza, haciéndola única y especial.
El cuero es nuestro material por excelencia.
A lo largo de los años, la piel ha tenido mucha importancia en diferentes civilizaciones.
Nuestros antepasados prehistóricos comenzaron a utilizarlas para abrigarse de las frías temperaturas.
Al principio no las trataban y por ello, se deterioraban con rapidez, por esta razón tuvieron que ingeniárselas para conseguir hacerlas más duraderas.
De esta manera nació el curtido, uno de los oficios más antiguos que existen.
Hoy en día, el cuero lo utilizamos para elaborar muebles, ropa, calzado, complementos, decoración,etc.
Las características más especiales que tiene son, su belleza natural, que salta a la vista y su exclusividad, porque cada pieza es única.
Es curioso como conecta y transmite su energía. Sensaciones de confort, protección, elegancia, calidez. Incluso me atrevería a decir, que se crea una simbiosis con el alma del animal a quien pertenece.
Fusión de sentimientos
A la hora de elaborar nuestras piezas a mano, sentimos y queremos transmitirte estos sentimientos a través de ellas.
Cuando al cuero se le añaden materiales bañados en plata, el resultado es aún mas bonito, se consigue dar luz, destacando su contraste.
Otra peculiaridad que tiene la piel, es la huella que se impregna sobre ella con el paso del tiempo, cambiando el tono de color, la textura se vuelve más suave, adaptándose a la perfección sobre nuestro cuerpo.
Al ser un material perdurable, compartirás muchas experiencias y si la mimas aún más, formando parte especial en tu vida.
Nosotros no podríamos existir sin la piel, es nuestro material principal, junto a nuestra musa que eres tú, los diseños son para ti.
Sentimos con la piel en las manos y una vez terminada el sentimiento crece y te lo transmitimos.